Pocos saben que escribo otras cosas:
Es fácil escribir sobre esoterismo, o simplemente discurrir.
Pero esta el otro escribir. El que exige una especial tensión. Porque las musas pueden inspirar. Mas la tensión es propia, como esa, la del arco de Ulises, que solo el podía tensar.
Y tensado de esa forma el arco como el teclado, apuntar al blanco que esta en mente el cual también se mueve como una presa y hay que tener la agilidad de apuntar en el momento justo para ver en palabras tu visión.
Pero esta el otro escribir. El que exige una especial tensión. Porque las musas pueden inspirar. Mas la tensión es propia, como esa, la del arco de Ulises, que solo el podía tensar.
Y tensado de esa forma el arco como el teclado, apuntar al blanco que esta en mente el cual también se mueve como una presa y hay que tener la agilidad de apuntar en el momento justo para ver en palabras tu visión.
Tensiones que son absolutamente vitales y viajan entre realidad e ideas con la velocidad y la contundencia de un rayo que golpea sobre uno mismo, pues el efecto es el golpe certero de la propia visión, mas allá del efecto sobre los otros. Por eso, quien escribe de tal modo, escribe para si mismo en ese extraño estado donde ficción y realidad son lo mismo. Que mas decir, un estado. Estado del que puedo decir realmente, cruzo los mundos. Y la palabra crea realidades literalmente o vuelve sueños la realidad, haciendo que ambas posibilidades giren una en torno de otra al punto en que tu mundo son muchos mundos.
Dos tragos de un Norton Malbec Merlot,
de hace dos años en la heladera.
Cuatro tostadas con cebollas y un poco de tomate.
¿Quien dice que Bukowski no tenia razón?
No importa lo que escriba.
No importa cuan difícil sea
Ni el esfuerzo de ponerlo en lenguaje comprensible
o terminar pareciendo Coelho.
Porque ese fuego dentro te consume
las tripas mas que hambre escupen fuego
y tu palabra corta el aire como navaja
No importa tener que pagar lo que no tenes (para editar).
Conjuro a los dioses a las noches
y vivo sagradas y terribles tormentas
He errado el camino y he vuelto
Me he perdido en el infierno y hablado con ángeles
Pero no dejo de teclear
porque ahí se clava mi espíritu
y hasta el mismo Almafuerte
me da animo desde su tumba
No se trata de algo heroico
ni de fama,
ni de ser centro
se trata de un fuego
un fuego que te consume por dentro.
de hace dos años en la heladera.
Cuatro tostadas con cebollas y un poco de tomate.
¿Quien dice que Bukowski no tenia razón?
No importa lo que escriba.
No importa cuan difícil sea
Ni el esfuerzo de ponerlo en lenguaje comprensible
o terminar pareciendo Coelho.
Porque ese fuego dentro te consume
las tripas mas que hambre escupen fuego
y tu palabra corta el aire como navaja
No importa tener que pagar lo que no tenes (para editar).
Conjuro a los dioses a las noches
y vivo sagradas y terribles tormentas
He errado el camino y he vuelto
Me he perdido en el infierno y hablado con ángeles
Pero no dejo de teclear
porque ahí se clava mi espíritu
y hasta el mismo Almafuerte
me da animo desde su tumba
No se trata de algo heroico
ni de fama,
ni de ser centro
se trata de un fuego
un fuego que te consume por dentro.
Alex
«Si no te sale ardiendo de dentro,
ResponderEliminara pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
o clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa solo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.
Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.
Si primero tienes que leerlo a tu esposa
o a tu novia o a tu novio
o a tus padres o a cualquiera,
no estás preparado.
No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
o hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo».