La manipulación genética es como creer descubrir partes del automóvil y creer que el mismo automóvil es la inteligencia de quien lo maneja.
Los genes y el ADN, son expresiones del YO SOY, la mente inferior no tiene derecho a manipularlo. Un mono no puede hacer el trabajo del ángel.
Experimentar satoris nos permite estallidos de conciencia en comprensión, darnos cuenta a través de profundas intuiciones y contemplaciones.
La vía del corazón, también produce lo mismo. Digamos que hasta quien pueda puede seguir ambas vías al mismo tiempo, que no es ni mas ni menos que trabajar centrados en el corazón o centrados por encima de nuestra cabeza. Para tal caso recordemos esa ley de como es arriba así es abajo.
Se necesita mas que satoris, se necesita la guía de nuestro daimon, nuestro maestro interior, o aliado. Ahí esta la representación de sobre que vas montando. El jinete y su corcel de la cabala o caballería.
Si no subimos al daimon, nuestro Pegaso, no hay vuelo.
Sentarte ante la pequeña fuente del parque y entrar en estado de contemplación devuelve tu esencia al ser. Ir mas lejos en esto te permite ver mas de lo evidente. Y emparejarse a realizar esto permite cruzar los mundos.
La fiebre es una buena aliada que nos permite devolvernos al Ser si entramos en estado de contemplación con ella. ¿Que significa esto?
Que la energía generada por la fiebre nos puede conducir a mover nuestro punto de encaje a una zona mas sobria que la del delirio si ya tenemos buen uso del intento.
Seamos perspicaces observemos que el punto de encaje esta situado detrás del omóplato izquierdo, es decir detrás del corazón. Entonces comprende que aquello que hay en tu corazón da la tendencia de hacia donde se orienta ese movimiento.
Tal movimiento es una cruz, es decir, se mueve a lo alto o a lo bajo, a izquierda o derecha o se hunde en su centro en profundidad.
Adorando la seriedad y la formalidad se guarda la forma.
Dijo alguien que se cuelan mosquitos, pero se tragan camellos.
Creo que esa es la razón de mucha molestia, recordarles a algunos que se les nota el camello atragantado en el cuello.
La seriedad no es profundidad.
La risa no es impureza.
El sentimiento no es perdida de tiempo.
La impaciencia no es carácter.
Y la neurosis no es vida.
Siempre es revolucionaria la forma de los Naguales, por eso nos guían pragmáticamente y no al modo de los maestros, lo últimos demasiado sobre-valuados y bastante aburridos por cierto.
Indagar sobre quien soy, que soy, siguen siendo trampas mentales.
Por eso es mucho mejor quien te da un empujón y te tire directamente al agua o haga crujir tu mente de golpe y termines contemplando lo desconocido.
Si vamos al camino del conocimiento que mejor que quien ahí te zambulla.
Los maestros de la mente siguen alimentando nuestra adicción a la mente.
Tal movimiento es una cruz, es decir, se mueve a lo alto o a lo bajo, a izquierda o derecha o se hunde en su centro en profundidad.
Adorando la seriedad y la formalidad se guarda la forma.
Dijo alguien que se cuelan mosquitos, pero se tragan camellos.
Creo que esa es la razón de mucha molestia, recordarles a algunos que se les nota el camello atragantado en el cuello.
La seriedad no es profundidad.
La risa no es impureza.
El sentimiento no es perdida de tiempo.
La impaciencia no es carácter.
Y la neurosis no es vida.
Siempre es revolucionaria la forma de los Naguales, por eso nos guían pragmáticamente y no al modo de los maestros, lo últimos demasiado sobre-valuados y bastante aburridos por cierto.
Indagar sobre quien soy, que soy, siguen siendo trampas mentales.
Por eso es mucho mejor quien te da un empujón y te tire directamente al agua o haga crujir tu mente de golpe y termines contemplando lo desconocido.
Si vamos al camino del conocimiento que mejor que quien ahí te zambulla.
Los maestros de la mente siguen alimentando nuestra adicción a la mente.
Alex.
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