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martes, 12 de agosto de 2014

BREVE DESCRIPCIÓN HERMÉTICA:





1

El espíritu en su intensión de experimentar en los mundos inferiores termina matando al cuerpo que pierde su carga vital heredada al gestarse las primeras células, energía de madre-padre y antepasados con información de 7 generaciones anteriores. 

En tiempos del primer hombre arquetipico, la muerte no existía, pues su cuerpo era su alma, y no estaba cubierto de carne ni materia densa alguna. Con la caída al reino de la serpiente vital, sufrió una caída a lo material y la muerte afecto su vida.

El primer nivel de perdida de unidad fue cuando se dividió de ser androgino, a ser polar con dos sexos, eso se produjo por deseo plástico de la imaginación en la necesidad de contemplarse en otro ser, y necesidad de compañía en su imaginación, así podría aprender el amor en acción activa proyectiva.

Al morir entramos en un cierto estadio interno de ensoñación, esto acorde al nivel de desarrollo de cada cual.
Eso que ensueña luego de la muerte son capullos astrales, reviven la vida o sus sentires de modo recurrente, viven paraísos, infiernos o purgatorios acorde al nivel de su corazón por compensación psíquica y afinidad en vida.

Esos capullos son la envoltura de las esencias.
Las esencias son como germenes de posibles seres que logren la integración interna y crezcan.

El ser humano actual es una esencia en estado larvario.
El ser humano es un ser caido en el Árbol de la Vida, pero nunca un mono caido de los arboles.
Los monos son esencias humanas degradadas, involucionadas.




2

El alma del hombre arquetipo, es prisionera del mundo elemental natural y del reino de la serpiente inferior, deseando íntimamente volver al reino del Absoluto.

Caídas las almas-esencias en la exploración de estos mundos, recopilan información a su totalidad.

Así su esencial superior parte del Alma del Mundo, constituye el azufre, su esencia astral, el Mercurio, y la Sal, la sustancia materializada como cuerpo, receptáculo, prision. 

El ser responsable de esto, es denominado Adam Kadmon, fruto de una creación, como los llamados ángeles, arcángeles son frutos de otra creación emanación y así cada potencia.
Así quedan Adán, el primero de los hombres y Lucifer, el primero de los ángeles
Adán, alquimista inexperto desea imitar al Absoluto en su creación.
Se separa en polos su lado positivo y su lado negativo.
Y luego a instancias de Lucifer "crea" la realidad material.

Pues el mismo Adam es demiurgo.

Su esencia superior monadica (Azufre) permanece en un mundo superior, pero su emanación como esencia (Mercurio) desciende a su creación y dentro de la misma explora y se desarrolla para su posterior reintegración, bajo una nueva calidad-cualidad, habiendo vuelto de su creación con experiencia, comprensión y crecimiento, restituyéndose en una totalidad acrecentada.

Con respecto a la Sal, la física ecuación de Einstein: E=mc², no es mas que la muestra de la cristalización de la energía condensada en forma demiurgicamente.

Los humanos somos células del gran Adan Kadmon, una potencia, un Elohim caido dentro de su creación demiurgica experimentando.




3

Los ángeles o daimones escindidos de lo divino, o sea de su Ser, pertenecientes al mundo intra psíquico divino (para dar un nombre comprensible por aproximación), se apartaron hacia la oscuridad a intentar una creación en el mundo de la oscuridad informe.

En tal caso su creación sigue perteneciendo a su nivel (espíritu) mas bajo aspectos diferentes a su manifestación en el mundo de la Luz increada.

Sus manifestaciones diversas actúan a niveles psíquicos sea lógicos o creativos, ya que el Árbol se manifiesta también en esos aspectos e ínter-actúan sobre criaturas de otros niveles como los bípedos humanos por ejemplo.

A su vez han creado especies de seres alejados del mundo de Luz divino, aunque carentes de enlace con lo divino.

La intensión de su separación de lo divino, fue alejarse para convertirse en Dioses creadores, y lo hacen a su modo en los mundos psíquicos de la sombra u oscuridad, con residuos psíquicos del mundo de la creación descartados bajo formas imaginarias arcaicas.

El ser humano es el encargado de restituir los kako daimones por eso desde la dualidad trabaja en su integración y crecimiento y al restituirse, restituye en si también los daimones escindidos. Así como el hombre se reintegra por la ayuda del reparador, el hombre divino, reintegra a los demonios.

Alex.

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