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lunes, 28 de julio de 2014

Aguila y Serpiente:

Acaso los antiguos brujos ancestrales no hemos renacido para tender una mano, a la cadena de manos hacia el nuevo Sol.
¿Y que nos encontramos?
A quienes serán en lo nuevo y a quienes perecerán sin poder cruzar porque aun siquiera han nacido aun estando vivos.
Puede entonces decirse que las aguas se dividirán, que la vida verdadera tomara lo vivo, y la oscura fosa lo descartable.

Y como cada cual puede encontrar el camino perdido si antes no lo ha comenzado?
Y entre tanta dogmática reunión de egregores sin sentido ¿Como ver lo que esta detrás?
Entonces el guerrero debe contar de una con su espada las telarañas que mentes y demonios han tejido para ver aquello que esta oculto y vivir acorde a una verdadera magia sin tarugos, y hacer su poder aqui y ahora para servir a la cadena invisible y desapegarse de todo estorbo.

El misterio de la existencia es simplemente algo a lo cual darse, y en ese darse comprender la realidad personal del propio sentir, ver y actuar.

Coagular nuestra existencia es una obra alquímica que debe ir tendiendo a la fijeza perfecta entre sublimaciones y manifestaciones de nuestra alma aqui en la matriz de nuestro mundo y en lo eterno.




Águilas y serpientes son las fuerzas de sublimación y coagulación, por lo tanto es el mago, el alquimista quien debe comprender ese secreto aplicándolo a su microcosmico matraz y a si mismo.

Acaso, nuestro mundo no esta sujeto también a ello, lo mismo que el cosmos?

Sea el Aguila romana, la mexicana o el mismo principio alquímico de la sublimación.
Sea la serpiente de vida, el dragón o el artista-héroe luchando con esta fuerza a la entrada de la cueva donde se esconde el tesoro o rescata a la doncella de los cuentos.

¿Vida-muerte? 
Mas bien sublimación y re-coagulación.




El Espíritu Divino, ya no se nos muestra como un Aguila, sino como una blanca Paloma.
"Sed astutos como las serpientes y mansos como las palomas".

Lo cual, habla de un descenso de lo divino y no de la sublimación propia (Aguila).
Sin este descenso del Espíritu divino, Aguila y Serpiente, no tienen potestad por si mismas para lograr el renacimiento superior.

La frase de Cristo nos dice que unamos la sabiduría de lo inferior, con aquello que desciende de lo alto.

El Aguila, representa la sublimación, y el Spiritus Mundi.
La Serpiente la coagulación y el Anima Mundi.

En la bandera de México y en estandartes de la antigua Roma, podemos ver al Aguila luchando contra la Serpiente, que es el símbolo del proceso alquímico.

Mas este no puede darse a una vida superior sin el descenso de algo superior a estas dos fuerzas opuestas en pugna.

Si el descenso superior se manifiesta, entonces de dos se hace uno, es decir se produce una nueva naturaleza superior, signada por el hijo, el Mercurio Filosofal.

En el alma humana esto seria, el nuevo nacimiento del que le habla Cristo a Nicodemo.

La sangre de la serpiente muestra la sangre de dragón alquímica.

Alex.

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