Cuando ya no escuches la voz del demonio externo, de tu ego, de la imposiciones culturales, e integrándote y centrándote en tu núcleo donde un sol profundo se enciende e irradia desde tu corazón, e ilumina luego la luna, tu cerebro.
Es ahí donde escuchas a tu verdadero daimon, tu ángel, al numen, o sea la verdadera conciencia.
Ella es tu reina, mas nunca se impone tiranicamente, dulcemente te aconseja y amorosamente te encamina, y puedo asegurarte que esa voz no se equivoca.
Pero para ello, hay que lograr esa conciencia.
Aunque te abras y renazcas por dentro en luz y sabiduría, la lucha no termina nunca,
es de por vida.
Alex.
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