Un verdadero mago, es un hábil acechador-cazador implacable que caza sus sueños acorde a sus imágenes internas.
Estas pueden ser superiores o inferiores acorde a su nivel de conciencia, pero esas imágenes son fieles a su imago.
Los agnosticos creen en la ciencia y el progreso, no cazan sus sueños, sino que siguen el modelo racional y neurótico de su propia prisión y ven a los libres magos como primitivos seres peligrosos.
Los religiosos y místicos solo desean ser salvos porque sienten culpas de su imperfección acorde a un modelo de purismo inalcanzable.
Los gnósticos, se niegan a ser, vivir, arriesgar y disfrutar por el hecho de escudarse de sus temores tras el conocimiento, ellos desean que solo magia es lo que su estúpido criterio cobarde define.
Los idealistas desean que el mundo sea perfecto y acomodado según su orden mental e ideales, y ven a los magos como seres libres que no se acomodan a su orden mental, pues los magos verdaderos actuan acorde a la naturaleza y no a fantasias.
Luego los fanáticos y creyentes de cultos que se deliran detrás de estampas que los identifican, pues necesitan creer y estar identificados.
El mago sigue siendo cazador, libre, iconoclasta, no necesita ser aleccionado, pues se sigue solo a si mismo.
Alex.
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