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miércoles, 16 de noviembre de 2011

EJE



Muchos males nos ocurren al enfocar sobre diferentes cosas en el mundo.
Sobreviene dispersión y la consiguiente perdida de energía.
No estamos hechos para sumergirnos en entropia psíquica, sino para simplificar.

No existe otro método para reducir la entropia y simplificar
que volver constantemente a nuestro eje,
pues es el desplazamiento de la atención de forma caótica
lo que causa esta continua entropia.

Reposar en nuestro eje en paz, en silencio, en calma
nos centra a ese núcleo gravitatorio interno que permite el contacto con el Ser
y por lo tanto recuperarnos de toda agitación dispersante y agotadora.
La entropia psíquica sobreviene al des-centrarnos, al dejarnos tironear hacia nuestra periferia.


Entonces ante todas nuestras dispersiones diarias, es necesario volver al centro al anochecer,
el punto donde se abre la puerta entre los mundos.
Este peregrinar desde el anochecer hasta el día, es la incubación,
cuando este intento de centrarse se va manteniendo dentro, hasta que se vuelve fijo.

Fijarlo es una primera obra alquímica interna.
La de fijarse como individuo rompiendo con la tendencia fragmentadora y dispersante de la atención y el deseo.
El punto donde el deseo se vuelve aspiración fuerte para el ascenso de la montaña.

Todo comienza con sentir ese centro, el equilibrio y la calma de la mente, el corazón y la acción certera.

Alex

2 comentarios:

  1. Que sabias son tus palabras Amigo..
    Gracias!

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  2. Pues es así mi querida amiga, no nos queda otra. Por mucho tiempo he deambulado por este mundo, emanando a veces luz y a veces fuego para poder transitar por estos pagos tan difíciles, y en definitiva, por todos lados ves miedo, ignorancia
    y abuso de poder.
    Solo queda mantenerse en el centro, para lograr coherencia y sobriedad.

    Un abrazo.
    Alex

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