Horas mas tarde termino mi baño mientras recuerdo el "tantra" árabe que me enseñara un musulmán hacia añares en la bohemia de un bar de Flores.
Me miro al espejo ya no se quien esta de un lado o del otro y me digo:
--"de vuelta en el show"
Me concentro unos instantes en la linea a seguir mientras voy a comprar mis cigarrillos
ya veo el sigilo.
La noche se ha vuelto verdaderamente fría, si, es la ola polar, el justo reflejo de mi estado interno.
Cheque todo y partí.
La Plata y Rivadavia, en una esquina esperaba viendo pasar el circo de la noche
entre borrachos, parejas familias y fiesteros. Llego.
La morocha estaba realmente deslumbrante, no creí que podía verse tan bien
acostumbrado a su ropa de diaria jornada. Vi la reojeada de algunos envidiosos.
Es sábado, shabat.
La mesa del restaurante daba a la ventana, el ambiente era ideal
se entabla el el juego que es danza entre arte guerra y magia.
Atrapar la atención es el viejo arte de los magos, llegar al alma
requiere mucho mas entre silencio, actuación y verdad.
La mina da pelea, no se va a lo fácil y eso me gusta, exige mas,
agudizar ingenio, palabra y mirada.
Veo el brillo en sus ojos, esta entregada y quiere hacérmela difícil
se valora y me da gusto que lo haga.
Mi lado abstracto decide salir, caminar e ir a tomar un café.
La voy rumbeado para el barrio, el acecho surte efecto pero me fascina que me de pelea, juega y hace arte de su experiencia.
Entramos en mi cueva se desata el play felino del otro lado de la mesa se pasa por encima y se clava en mi como espinos, ahí mismo la tiendo sobre la mesa
arrojo algo sobre la perilla de la luz con certera puntería y en lo oscuro
la fuerza ancestral se despliega.
Su cuerpo me hace blando, vulnerable como un niño frente al infinito
y ella lo sabe, regula su intensidad y comienza el viaje
nada hay tan exquisito como sumirse en la humedad de la vida abierta hacia abismos sin fin. Carajo que requerí de toda mi voluntad para mi intento.
La danza sublime me trajo por oleadas el sigilo y procedí como el viejo Austin Osman.
El frió volvía era atroz y la dulzura lo envuelve, creí partirme en un momento.
Amor bajo voluntad fue mas allá de todo, la oscuridad se adueño de mi la vi con los ojos cerrados, todo su cuerpo era una increíble serpiente de energía femenina ondeándose en el abismo. Después entre en claro oscuros el sigilo se sumergió muy dentro se abrió la puerta de la percepción me caí entre espacios de velos, y salte al cosmos vi estrellas, mi corazón estaba por estallar por semejante esfuerzo, el miedo me invadió y los señores del caos aparecieron uno a uno luego de mi silenciosa
llamada, debí hacer un esfuerzo colosal para no detenerme ahí estaban los seres sin nombre y yo moviéndome en dos mundos.
Dos horas experimentando en la misma posición todos los excesos volitivos, sintiendo a mi gata mas unida que ninguna criatura hubiera estado jamas. Estaba cansada, la sentía. Pero un poco mas, un poco mas, mas...Llego el big one, mis piernas tambalearon, colapse, entre el placer exquisito que mi dama sentía me solté, no basto mi humanidad
y como un muñeco tambalee inerte y corazón estaba por estallar, sentí como un ataque de pánico atroz, pero supe que no era pánico sino mi fin.
Caí al piso desplomado como un muñeco de trapo yerto lo sabia pero ni lo sentí.
Salí de mi cuerpo, vi la escena en la oscuridad, sabia que estaba muriendo.
Solo debía hacer un sigilo, pero me fui lejos, no había emociones, vi el abismo y el caos y ahí estaban ellos extendiéndose sin fin.
No se como, todo se oscureció, no se bien cuando pero volví, la luz estaba encendida
ella me llamaba por mi nombre, entre oleadas de frió vi su mirada de espanto, sonreí
su mirada fue cambiando a la de madre y en segundos, vi los ojos de una mujer enamorada. --Te mate,--me dijo tratando de esconder sus nervios.
Me dio agua, me llevo a la cama y se abrazo a mi como si me hubiera conocido desde siempre.
Solo ahí pude volver a pensar. --Si, morí-- me dije para adentro.
Me dormí, era el mediodía cuando desperté y ella seguía abrazándome.
Había tenido un extraño sueño donde yo golpeaba a la cabeza a una serpiente
que me saltaba encima, la serpiente murió.
Algo extraño me ocurría, lo sentía en mi cuerpo, por un instante sentí amor, un amor increíble, a la vida, a todo, tuve un ataque de boludo místico y me reía de eso
y me vestí.
Desayunamos, en silencio, sentí a mi SAG:
--Tu magia se desplegó. Te has curado de todas tus heridas.
Mire a los ojos a la morocha, por primera ves sentí que tenia en verdad un nombre
Lucila.
La mire con ternura, vi su rostro, vi todo, su alma, su historia, su persona, sentí algo por ella, un sentimiento que creció.
Recupere el calor en mi alma.
Estaba ahí, y en un instante me sentí abstracto y real al mismo tiempo.
Sentí mi intento y también mi humanidad.
Así, me desapegue de iluminaciones, decidí iluminarme entregándome de lleno a la vida.
No sentí la mas mínima dualidad entre mi espíritu y mi humanidad.
Lo había conseguido, igual que en la misma oportunidad en que sentí amor puro cargando a mi hija, pero esta ves todo era unidad, la ferocidad y frialdad de mi intento
Y el sentimiento del hombre y el guerrero.
Este es mi camino dije.
Mirando a los ojos a Lucila, tome su mano y la bese.
Alex