Equilibrio:

Solo el corazón puede conciliar al ángel y al demonio.
Y solo tu sagacidad puede hacerte ver como en verdad sos y permitir con ingenio comprender el arte de equilibrar los opuestos.

Si crees que todo ha de ser dulzura, entonces vas por el camino equivocado, y ya has sido derrotado antes de comenzar.
Dulzura sin aspereza es no haber templado aun tu vida.
Ser impecable es acariciar con una mano que ya ha vivido.

Para encontrar a Dios debes luchar contra Dios mismo.
Al vencer veras que que has luchado contra ti mismo y venciste.

El cambio permanente es a lo que estamos expuestos, mas en tal cambio debemos conservar nuestra energía.
Nuestro gran enemigo es la dispersión.
Nuestra conciencia es estrecha a causa de la dispersión.
Nuestros sueños y deseos no transforman el mundo, porque no transforman la naturaleza.
Si queres salvarte de los gusanos, entonces, es necesario cagarte en la estupidez.

He aprendido que la vida es dura y a veces el Espíritu me trata con dulzura y a veces con rigor. ¿Por que habría de ser distinto a eso?
Si la vida no te tratara con rigor tu espíritu no se fortalecería.
Si todo fuera blandura, tu alma no crecería.
Por eso hay que comprender que es en tu interior donde debes aislar el amor para que este suceda, en lugar de esperarlo antes de afuera.
Por demás, subir una dura montaña exige mucho mas que el amor, se necesita una tenacidad a toda prueba.
Así se templa lo que ha de ser eterno.

Si el amor no es conciente, es solo un idilio fugaz, un imaginar el amor.
Todo cambio implica un trabajo duro mas allá de concepciones románticas de la vida. Solo lo real es real y permanente, todo lo demás es mutable.
Cuando adentro encontramos lo permanente, entonces se abre una puerta a otra realidad, a otra comprensión a otro sentido.

Transmutarnos, amar, eso se logra cuando en principio hay una entidad profunda, un saberse a si mismo, un sentir transpersonal que da entidad superior.
Cuando logramos recuperar nuestra imagen divina la transmutacion de si viene, pero no antes. Antes solo se nos piden ciertos cambios para encausar un propósito superior.
No se trata de portarnos bien, se trata de ir mas allá de nosotros mismos, hacia nuestra totalidad.

Alex.