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miércoles, 1 de octubre de 2014

Mikael


Si por lograr un contacto mas directo con tu Ser, esto te aleja del compromiso social, de jugarte en el mundo contra lo que esta mal, entonces solo has logrado la volada iluminación luciferica y no la verdad del Ser.
La madurez espiritual, exige comprensión y acción.
Comprendo a los contemplativos y no es contra ellos contra quienes hablo, pues los contemplativos en su estado de oración viva, atraen al mundo a la sociedad el Espíritu divino.
Pero ese no es el caso de las iluminaciones de burbuja donde el iluminado parece siempre feliz como si hubiera tomado ácido lisergico y no marca limites contra lo que se debe.



Sin empatia en el corazón, la mente puede creerse iluminada pero no hay mas que fuego fatuo. Lo que nos hace humanos es nuestro corazón, y su capacidad de amar y sentir el dolor ajeno.

Se critica al ser humano por vivir en forma distinta al animal. Pero cada cual, piense la verdadera razón. No podemos vivir sin fuego para calentarnos o cocer nuestra comida, y para ello se necesita quemar algo.
Quien ve evolución y no caída se pierde de algo, eso se refleja en nuestra forma anti-natural de ser. Sucede que el alma también fue chupada por natura, aunque algunas mantienen el recuerdo en si de su origen y lo buscan, mientras que muchos viven como naturales a contra mano de lo natural. Vaya dilema el del humano, que endiosa y adora a la luna cuando es muy superior a ella.




Según Rudolf Steiner :

"Los verdaderos pensadores son los que sirven a Miguel, a quien ellos consideran como el regidor del pensamiento cósmico. Miguel en efecto libera los pensamientos del yugo del cerebro y le abre el mundo del corazón... En él la imagen del mundo se vuelve revelación llena de sabiduría que desvela el intelecto del mundo cuál divina acción universal. En esta acción universal, vive la rapidez del Cristo por la humanidad; a través de la revelación universal de Miguel, tal rapidez puede revelarse así al corazón de los hombres."

Rudolf Steiner.

Veamos entonces que el camino a la conciencia real del Ser esta en el corazón, pues conecta al Cristo en nuestro interior en su operación mágica y mística de nacer en ese pesebre interno, como niño-Dios y crecer en nuestro interior, logrando conducirnos a la realización en El y por El, como nuestro Señor, de nuestra vida y nuestro Nous.

Miguel, Arcángel solar en lucha contra ese agujero negro del egoísmo, vence al dragón y libera nuestra alma de ese yugo con su espada flameante, que es quien custodia la entrada al Paraíso, que es justamente nuestro corazón. 

Alex.

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