El derrotero de mis pies cambia y sin coordenadas se lanza solo a caminar por el simple hecho de hacerlo, y la conciencia se eleva por el corazón feliz de quien simplemente disfruta del brillo de todo.
Luminosidad que te vuelves reflejo de la luz del mi ser real, y la proyecto como espejo sobre todas las cosas, hasta sentir ¿acaso todo fue siempre luz o soy yo quien ilumina?
Pero por dentro haces callar a tu mente hasta que vuelves a ser un niño parado frente a un rosal, y al verlo con ojos de niño, sabes que estas parado frente al mismo paraíso.
Sin moverte de este mundo ni cambiarlo, e cielo esta en la luz que ven tus ojos.
Alex.
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