Anda muy de moda en esa falsa espiritualidad de la new age, esa cosa de andar chupándole las medias a todo el mundo y decir que todos son seres de luz, es te diria, algo un tanto de cuarta. En especial porque al rato se contradicen diciendo: “no hay peor bicho que el ser humano”.
Hablar de consciencia desde la fragmentación, es como comer el postre antes del plato principal. Voy a creer que las mayorías son seres de luz el día que ardan a lo bonzo. No me van a salir ahora con: ¡No me psicologizes gatooo!
¿Qué esperan que algún terapeuta encuentre dentro de alguien que ya no lo haya visto en las mayorías, incluyéndose obviamente a si mismo?
Da temor ver el caos interno. Da fastidio ver nuestra no integrarción. Por eso la negamos. Ademas, hay que dejar muchas cosas que no se quieren ver, que no se desean cambiar, para que al fin luego de un proceso se encienda una pequeña flama.
Sin embargo maravillosamente hay quienes se arriesgan en esto. Hay quienes ven esta oportunidad, que es a su vez maravillosa aventura. Entonces movidos por una fuerza contraria al mundo se embarcan en la obra.
Somos seres potenciales. Pero, en nuestro estado, estamos incompletos.
Estamos en un estado larval.
No hemos hecho nuestra metamorfosis. Y a diferencia de los insectos donde comanda natura e instinto, la humana metamorfosis no se produce sola, necesita de nuestra parte, debemos intuirla, luego desearla, buscarla, aspirar a tal logro, trabajar en ello.
Otra sobrevaluación al cohete, es la que se hace sobre esas personas que denominamos genios, a cuales valoramos en base a su éxito en la cultura y fama adquirida. La realidad es que la mayoría de lo que llamamos genios son personas con una inteligencia agudizada en algo específico, pero prácticamente y literalmente discapacitadas en otras áreas de la vida.
Es como cuando inflamos un globo de cumpleaños y luego lo apretamos en un extremo, viendo como se infla en el otro extremo.
El extremo inflado es el área que abarca su concentración de inteligencia, el extremo apretado es donde su inteligencia y consciencia merman estrepitosamente.
Uno lo ve esto por ejemplo en el caso de Einstein, se agudizaba intelectualmente con la física y matemática del universo, pero era un desastre en las cosas más simples de la vida cotidiana. Ahí tiene también el caso de Oppenheimer y su grupo de genios, lograron la creación y desarrollo de la bomba atómica, pero ninguno de ellos, se animo a negarse, a oponerse a consciencia ante lo monstruoso de tal diabólica creación.
Ya también escuchamos todos los días a las madres decir mi hijo es un genio, mi hijo es un ser de luz… y uno los ve y solo ve unos pequeños crapulines...
Pero a veces algunos niños y niñas desde muy chiquitos ya son despreciados especialmente por el mundo y sus pares. Repelidos por el mundo y atormentados por personas... y hasta por lo invisible. Yo veo cada tanto algunos. Su combate comienza desde muy temprano, sin tregua y a pesar de ser distintos deben dar dura lucha permanentemente para no ser vencidos, sacados de camino o aniquilados. Ellos si vienen con luz. Una luz que el mundo y lo común no soporta.
Es esa, la luz del espíritu, la de la consciencia. Algunos van creciendo y no pueden. El dolor y la soledad los vence, los saca de camino o hasta los mueve a la oscuridad; no como quienes adoran la oscuridad, sino quien usa su agudez de consciencia meramente para propio beneficio.
Más, increíblemente, la mayoría de ellos, tocados por la lucha, mochos y a los tumbos se desarrollan. Y mal o bien realizan su misión, fuertemente rechazada hasta por los mas cercanos. Hasta que un día a fuerza de logro se imponen, realizan. Al fin Terminan siendo aceptados, reconocidos por mucha gente. Claro que no en función a un reconocimiento público. No buscan fama, le escapan. Andan soterrados. Mimetizados entre el pueblo, ayudando a sus semejantes. Si hemos de hablar de luz, es ahí es donde habría que verla.
Me dice una persona: todos los niños son esenciales y traen consigo luz ¿Es eso verdad?
Mi respuesta es:
claro que sí, es cierto, son puros, esenciales y vienen con su luz. Ahora bien, esa luz que traen, no es suficiente para hacer la contra al mundo.
Debe haber además una otra luz detrás, un otro fuego, una otra voluntad. Puesto que los niños al ir desarrollando su yo y mente, luego de los 7 años comienzan a perder esa esencia y luz y su yo cobra mas peso que su esencia y al cabo de un tiempo se deslumbran con el mundo, acatan la sociedad.
A la cual pueden rechazar en mayor o menor medida al llegar a la adolescencia, pero tal rechazo y adolecer queda en las mayorías en función de su yo, ego y ya no ligado a su esencia y menos a su consciencia. Al cabo de cierto tiempo son vencidos por sus rutinas inconscientes y las rutinas del mundo o sea cultural, educativo, social.
Sin embargo, excepcionalmente algunos niños y niñas, poseen un otro fuego, una otra luz, que los hace resistirse a quedar cristalizados totalmente en el yo.
Mantienen parelamente viva a su esencia. Esto desencadena muchas luchas internas entre el yo y la esencia. Extrañas luchas también contra el comando del freudiano Superyó y sus prohibiciones, eso ocasiona comportamientos extraños y a veces antisociales, y un yo no tan cristalizado recibe también un embate del Ello freudiano y de fuerzas inconscientes.
Eso debe sumarse a un embate también del medio y lo social pues o bien no actúa como se espera, o le notan algo raro, algo no homogéneo. Este embate de fuerzas internas y externas hace tambalear al yo. Si la esencia, espíritu y voluntad cobran su fuerza la personalidad saldrá magullada de esto pero no caerá en locura, ni cederá a trastorno de personalidad.
Esto que describo psicológicamente sucede también en el proceso constitutivo de chamanes, curanderos, sabios, místicos... como para darle un nombre. Y en esto pueden enfrentar fuerzas inconcientes y entrar en tales mundos no ordinarios saliendo indemnes.
Tengan en cuenta que cuando digo inconscientes no me refiero solo al inconsciente personal sino también al colectivo. Por otra parte no hablamos de "inconsciente", solo como una abstracción, sino de estados, planos y niveles muy reales aunque mas sutiles que el plano físico. En esto cada cultura y hasta cada individuo desarrolla su mapa. Por ejemplo el chamanico de mundo superior, mundo medio e inframundo. O mapas de realidad tomados del budismo, la kabbalah y otros sistemas.
Además el término inconsciente engloba, la infraconsciencia, los niveles vitales, anímicos, vegetativos, animales, atávicos, el subconsciente y hasta el supraconsciente.
¿Pero que cosa mueve a los unos y otros una elección tan distinta?
Para no irme de tema quiero resumir la cuestión en dos puntos:
1) Hay alguna gente que a pesar de todo, logró conservar su luz y su esencia, pero además poseen una otra luz de otro nivel y cierto fuego que les ha permitido oponerse a la corriente del mundo y seguir intuitivamente una guía interna real, como también asumir retos que otros no se cuestionan, haber actuado hasta al borde de la psicosis y luego adquirir coherencia, como también desarrollar ese fuego interno, como también una voluntad acérrima de continuar en tal sentido y no ceder.
2) Me he preguntado muchas veces sobre el asunto de: ¿Por que alguna gente si y otras no?
No he podido encontrar una teoría que responda sobre tal cuestión de una forma acertada.
Para algunos es un don de Dios, para otros un tema de reencarnar y de volverse almas viejas que constituyeron dentro de si un núcleo donde se ha desarrollado por tal motivo un otro potencial como tambien un otro propósito diferente al del yo.
Personalmente intuyo dos cosas:
1) que tal asunto se logra con intervención del Espíritu así con mayúscula.
2) Que si existe y es real en tales individuos un algo desarrollado, un propósito y voluntad interno manifiesto e inteligente, superior a la esencia, al inconsciente y al yo.
No puedo opinar ni aventurarme sobre el tema reencarnación, ni tampoco bajo ningún concepto estoy de acuerdo ni apoyo la hipótesis jansenista de una predestinación. Tal predestinación dejaría sin sentido toda elección y acto humano y desde un lado profundo, algo me dice que la idea de predestinación como un inefable destino previamente designado carece de sentido.
Por lo tanto teorizo sobre algún nivel de consciencia y elección logrado en un punto o estado X antes de la consolidación del yo. Y sobre ello me pregunto:
¿Es algo previo al nacimiento?
¿O es tal vez alguna resultante del accionar de nuestro genio superior en nuestra psique a temprana infancia?
Y si fuera esto ultimo:
¿Por que algunos mantienen ese elace aun con su genio superior y otros no?
Queda para aqui como remate final un algo que me han dicho algunos maestros como en secreto casi como susurrando. Ellos me insunuaron que tal cosa sucede como un accionar desde el futuro hacia el pasado. Que un conocimiento profundo integrado a futuro tambien influiria en nuestro pasado. Que nuestras practicas realizadas en un futuro X influyen sobre nuestro pasado e incluso sobre nuestros antepasados y que un logro interno profundo tambien actua sobre nuestra vida temprana.
Me quedo pensando en ese Alfa del principio, ese OM como un inicial principio y en el Omega final resultante como la reintegración resultante y que tal acontecimiento posea esa potencia e influencia sobre nuestro pasado. Y aqui dejo con esto insinuando cosas, pero considero que en este punto no debo decir mas.
Cierro aqui a modo de clave y corolario, con las primeras 3 líneas del Evangelio segun San Juan:
1.En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios.
2.El estaba en principio con Dios.
3.Todas las fueron hechas con él, y nada de lo que ha sido hecho, ha sido hecho sin él.
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