El origen de la palabra Dios, nace en los dialectos indoeuropeos dyeu, dyu, cuyo significado es luz, de ahí deiw, brillo. De donde derivan deh, di, en avéstico, ligado a Day, día, comprensión, ver y Daena Diana, Dyonisos. Esta ligado al God, Godo, Gost, Divus, Dis, Deus, Iovis, Zeus, Dio, Deu... Dios.
Vemos como la palabra Dios, tiene la misma raíz que luz. Boehme nos dice que cuando alguien muere, no debe ir a ninguna parte, ya que el Cielo o el infierno esta dentro de si y al morir, se es llenado por esa Luz, o por el furor igneo en el cual uno se ha sumido. El juicio de Dios es mostrar toda su vida desde la conciencia, es decir desde como la ve el Logos y uno ve por un momento a través de ella toda su vida. Claro que el lenguaje del espíritu no es claro si uno habita en sus centros inferiores, los del animal humano, es decir instinto, emoción y mente. Si uno ya esta en camino, sabrá que no se emociona con las sensiblerías comunes y su mente no es el pensamiento ni interés del mundo porque se ha abierto a la conciencia y esa conciencia es luz. De ahí la importancia del silencio interno y la contemplación. Ese acallarse uno mismo para poder ver y contemplar. Que el Cielo y Dios están en todas partes y solo hace falta verlo y llenarse de ello. En su defecto esta en quien no vive la luz de la conciencia, y que la vanidad humana hace incapaz de verlo, ya que han quedado cegados viviendo en el sueño del mundo inferior. Por eso el despertar consiste en ver esto y enmendar su rumbo. ¿Que importancia tiene si el mundo inferior sigue o culmina? Usted ya debería vislumbrar el desarrollo de la luz, y eso es todo.
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