Alguna gente se queja de tener que orar, lo cual es establecer el puente al yo superior, desempolvar el vinculo con el infinito, lo mismo que evocar. En tanto a repetir oraciones, se trata de generar una batería interna y un imán interior, si las oraciones se repiten bien a conciencia. No es juego de niñ@s jugando a hechiceros. Sino un trabajo adulto responsable donde nos vamos volviendo baterías del poder y condensadores del mismo poder, en familiaridad con el Espíritu. La repetición de oraciones o jaculatorias, despeja la mente, barre información basura, activa circuitos de nuestro campo energético entonces se activan varias corrientes que circulan dentro. La energía mágica termina plasmándose hasta en nuestra agua, plasma y sangre, lo cual va transformándonos y como dije volviéndonos grandes acumuladores del poder mágico...
Pero sea como sea si se lo toma en serio, funciona y uno deja ya de jugar o coquetear con el conocimiento, para aventurarse real y profundamente en una verdadera vida mágica.
La ciencia secreta viene a quien esta preparado para ella sin importar ninguna otra condición que tal llamada. Una gracia es un regalo y entre esos regalos, se puede elegir el mas acertado. Entonces quien pueda que vea la conexión entre Uno y el Ser, y entre el Ser y Uno. En tal abismo se comparte la no diferenciación de Uno y se la experimenta en la diferenciación de Ser.
No son los lugares de poder lo importante, ni tampoco la cultura del tonal de nuestro tiempo los que nos da nuestra verdadera identidad. Sino la apertura del corazón espiritual a algo mas allá de este mundo de ilusiones y caprichos. Eso dista mucho de pensar con el estomago o creer que estamos en la vida solo para cumplir sueños. Vivir en la baja burbuja es estar atrapados en el capullo, no volar por encima de el. Por eso quien no rompe el cascaron no ha nacido aun, y ese cascaron es la idea limitante del mundo, el peso de todo lo que se nos impuso encima. Solo quien ama la libertad mas que nada se atreve a romper el molde.
Romper ese molde no es romper con todo a lo bestia. Sino re-ordenar las prioridades y la energía psíquica al punto en que la conciencia va creciendo, encausándose a la comprensión superior. Eso da otra percepción, otra forma de conocimiento. Algo como ver a Dios. Claro que tal logro viene con añadidura, (algunas capacidades), que pueden usarse tanto para ayudar, como para hacer crujir algunos dientes. El Espíritu sigue actuando y se logran "alas" para viajar en esa brisa. Con mas perseverancia, incluso lograr llegar a la real morada.
A algunos no nos queda otra que buscar abismarnos en la realidad ultima de Dios. El punto donde el Dabar se pierde en el abismo, donde el significado de logos traspasa a otro campo. Meister Eckhart, Jacob Boehme y Angelus Silesius describen su visión espiritual de la realidad sublime y última de Dios, así como su participación en ella. El tiempo y el espacio solos son incapaces de atrapar la eternidad; solo cuando son alcanzados por un rayo de luz eterna pueden reflejar su esplendor. Esta es la parte que rompe toda idolatría al modelo del lenguaje que es lo que termina haciendo, nuestro pensar y nuestra cultura, ese abismarse, ese escurrirse por el ojo de una aguja. La Sabiduría, Sophia es al fin el ojo ya sin tierra, donde Dios ve y se contempla a si mismo.
En magia, la imagen y la voluntad son el todo de nuestro rumbo. Esas imágenes que nos mueven, esas donde ponemos corazón. Y esto puede ir desde el amor a la filosofía, como al sexo desenfrenado, pues cada cual tiene su deseo. Seguir un camino con corazón, es contrario a eso que dice Buda de no tener deseos. Pues el corazón anhela. Entonces volvamos a que imágenes anhela nuestro corazón, para ver hacia donde vamos. A medida que se avanza se deja de tener imágenes de apego. Se va logrando anhelar lo abstracto, es decir no adorar mas ídolos, o sea, no enamorarnos de nuestros deseos, sino de la liberación.
De esto ultimo en el camino, se da un real descenso al inframundo, tal como lo señala dante en "La Divina Comedia". Ese es el real comienzo de la iniciación. Nadie puede superar su propia miseria sin primero sumergirse a ver y sentir su propio infierno. Es el viaje del conocimiento. La caída, tal como se menciona en libros sagrados. Luego vendrán las sublimaciones, y en ellas, la iluminación. Mas en esa primera iluminación solo se muestra el camino. Se aúna la psique saliendo de la oposición, despertando la conciencia unitiva del corazón. Esta inteligencia del corazón, es contraria al albañil que talla la piedra a imagen del plan de la mente. El corazón actúa como el gran escultor, que ve la obra escondida entre las vetas del mármol y termina develando en cada golpe aquello que esta destinado a ser, aquello, que ya Es en lo profundo.
El mayor problema en tal punto ya no es la dualidad entre bien y mal, sino la oscilación entre lo sublime y lo grosero.
Ahí solo queda el trabajo de por vida de lograr el fijo, la obra final.
Alex.